La frecuencia de las sesiones de coaching suele variar, aunque generalmente se recomienda comenzar con sesiones semanales o quincenales. A medida que avances, las sesiones pueden espaciarse más. La decisión final dependerá de tus necesidades y objetivos específicos.

Elegir al coach adecuado implica evaluar su experiencia, formación y enfoque. Es esencial que sientas una buena conexión y confianza con tu coach. Puedes hacer preguntas preliminares y programar una sesión de muestra para determinar si es la elección correcta para ti.

La duración de un programa de coaching puede variar significativamente según tus objetivos. Algunos programas son breves, durando solo unas pocas semanas, mientras que otros pueden extenderse varios meses o más, dependiendo de la complejidad y profundidad de tus metas.

No, el coaching no se limita a resolver problemas. Es beneficioso para cualquier persona que aspire a mejorar o alcanzar más en su vida. Incluso personas exitosas buscan coaching para mejorar su rendimiento o encontrar mayor satisfacción en áreas específicas de su vida.

La diferencia clave radica en sus enfoques: el coaching se centra en el presente y el futuro, orientado a alcanzar metas específicas, mientras que la terapia tiende a explorar el pasado y resolver problemas psicológicos. Ambos enfoques son valiosos, pero sus propósitos son distintos y complementarios según las necesidades individuales.

Sí, el coaching se rige por la confidencialidad. Tu coach está comprometido a mantener la privacidad de tus conversaciones y no divulgará información sin tu consentimiento, salvo en casos donde exista un riesgo evidente para tu seguridad o la de otros.